
PUBLICIDAD (Diseño, carteles, pegatinas e intervenciones)
Basándose en la función publicitaria de captar la atención, el graffiti adopta diversas técnicas y recursos publicitarios para hacer efectiva su intención.
Se empiezan a utilizar las pegatinas como soporte rápido y efectivo. Permite una mayor elaboración y un menor riesgo en su puesta en escena. Las pegatinas más conocidad son las americanas a modo de tarjeta de visita en las que figura una banda en la parte superior en la que se cita: "Hello, mi name is (Hola, mi nombre es)" en las que un espacio inferior en blanco permite plasmar el tag o el dibujo de su autor. No sólo esto, las pegatinas evolucionaron hasta impresiones a un color o varios colores con y distintos tamaños con diseños totalmente personalizados de sus autores, permitiendo una lucha por destacar entre ellos.
La aparición de los diseños de escritores en carteles les hizo dar el salto a formatos cada vez más grandes. El soporte puramente publicitario se convierte ahora en el arma de los escritores de graffiti, abaratando costes y ganando visibilidad y rapidez en su ejecución. Des taca en este género los carteles y diseños de OBEY GIANT, quién aparte de su ciudad de origen, Los Ángeles, ha inundado medio mundo con sus carteles representando el rostro de André el gigante.
Por último expondré algunos de los innumerables ejemplos de otra de las vertientes en las que han desembocado algunos escritores de graffiti: Las intervenciones urbanas, que como su nombre indica, se refiere a la colocación de elementos interactuando con el paisaje urbano. Aquí, la esencia del graffiti se reduce de tal manera que el único factor que asocia las intervenciones urbanas con él es su emplazamiento -la calle- y su procedimiento -la ilegalidad- aparte del anonimato de su autor. Los materiales y las formas son muy dispares: Siluetas en papel pegadas sobre señales de tráfico, plantillas pintadas a spray sobre una pared, troquelados en cartón pluma pegados en cualquier superficie, formas con pincel y pintura directamente sobre el suelo urbano, azulejos pequeños a modo de mosaico, y un sinfín de técnicas alternativas a los rotuladores y el aerosol.
Desde la incorporación de algunos escritores de graffiti a alguna de estas nuevas tendencias, ns encontramos con que estas acciones ya no atraen sólo a gente proveniente de este arte callejero. La intencionalidad artística y el conceptualismo a veces intelectual de algunas de estas acciones, hacen que gente ligada al mundo del diseño, el arte o la música, incluso activistas políticos vean en estos medios de expresión un medio para manifestar sus inquietudes. Por tanto es difícil discernir y diferenciar en ocasiones si el autor de estas obras lleva en sus adentros el afán de los escritores de graffiti por dejar su nombre de manera anónima demostrando su estilo o conlleva una preparación y meditación artística de la que se expera su posterior reconocimiento en una exposición.
En el fondo no hay duda. Si nos encontamos con una firma en una pared que nada tiene que ver con una rúbrica ni la caligrafía personal de alguien, si nos encontramos con unas grandes letras que nada tienen que ver con un rótulo comercial, si vemos una pintada con estilo en un lugar que no debiera, no dudemos, seguramente eso si sea graffiti.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada